martes, 4 de septiembre de 2012

Doble rendija del ánimo

La probabilidad cuántica de estar en mi casa pero también estar en la oficina, estar en asuntos personales pero estar en asuntos laborales a la vez... No sabré yo si es real. Cuánticamente soy uno de los distintos caminos en que se bifurca la presencia espacial de la materia, que visto desde mis ojos es uno sólo, a los ojos de alguien más se verá quien sabe como.
Y caminan los ánimos en la dirección equivocada, allá donde la falta de luz no permite distinguir altos de bajos ni corredores de paredes. Se esconde la motivación, o elude las intermitencias de luz. Programar el modo autómata de la disciplina, poner en "ON" el módulo de la voluntad... hasta que algo suceda. ¿Esperar o desesperar?
Las trazas de electrones disparados aparecen distintas en presencia de la luz, ¿el "observador" determina su comportamiento?
¿Yo produzco mi pensamiento y luego el me determina a mí? Seguro determina el ánimo.